¿Díme como puedo dejar de temblar con el roce de tu mano?
¿Díme como puedo no caer en ti, sobre tu sonrisa? ¿Díme como puedo arrancancar el alma de mi pecho?, ¿Díme como puedo quitar el corazón que se me ha adherido a la piel?, o ¿Díme como puedo renunciar al aliento entrecortado, al gemido roto y mudo, ha estas manos soldadas?
Dímelo mientras encuentras el valor de acercarte por la espalda como tantas veces, dímelo mientras me muerdes la nuca, dimelo mientras me arrancas a mordiscos este deseo y esta tentación de seguir deseando lo que ahora ya no es tentación porque es pecado.
Y empapame con el agua bendita de tus besos, y consuma esta prohibición, hasta que nosotros mismos la prohibamos, como si hubiera dejado de ser nuestra, con esa fuerza de lo que se ha ido de las manos, como si fuera un deseo ajeno que se apodera de todo, poseyendo, todo lo que este entre tu cabeza y mi pecho.
¿Díme como puedo no caer en ti, sobre tu sonrisa? ¿Díme como puedo arrancancar el alma de mi pecho?, ¿Díme como puedo quitar el corazón que se me ha adherido a la piel?, o ¿Díme como puedo renunciar al aliento entrecortado, al gemido roto y mudo, ha estas manos soldadas?
Dímelo mientras encuentras el valor de acercarte por la espalda como tantas veces, dímelo mientras me muerdes la nuca, dimelo mientras me arrancas a mordiscos este deseo y esta tentación de seguir deseando lo que ahora ya no es tentación porque es pecado.
Y empapame con el agua bendita de tus besos, y consuma esta prohibición, hasta que nosotros mismos la prohibamos, como si hubiera dejado de ser nuestra, con esa fuerza de lo que se ha ido de las manos, como si fuera un deseo ajeno que se apodera de todo, poseyendo, todo lo que este entre tu cabeza y mi pecho.
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