En realidad todos somos construcciones de las miradas ajenas. Cada persona que se topa en tu camino eleva una imagen de lo que eres para ellos. Ninguno de esos espejismos es tu reflejo real, es sólo un contorno, pero eso es lo que te configura como persona pública. Unos te idealizan, otros te condenan y ninguno tiene razón. Ni tan siquiera tú mismo serías capaz de dibujar un autorretrato exacto. Y en verdad eres la suma de todos esos “tús” que están dispersados en las mentes de cada persona que te conoce o cree hacerlo.
Yo incluso construí espejismos de tantos que he visto en mi camino, idealicé imagenes de personas hasta comprender que son humanos, por eso me quedo con lo bueno que cada quien tiene, me quédo con las mejores imagenes.
Yo incluso construí espejismos de tantos que he visto en mi camino, idealicé imagenes de personas hasta comprender que son humanos, por eso me quedo con lo bueno que cada quien tiene, me quédo con las mejores imagenes.
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