No me enseñaron ha enfrentarme a la negación de lo evidente. No me enseñaron a no perder la fé en aquellos momentos en los que más la necesitaba o ha perderla cuando ya no hacía falta, pero eso ya no cuenta.
No me enseñaron a morir constantemente, ni como asumir la pérdida de tanas cosas. Ni como evitar que me partieran el alma, ni los primeros auxilios cuando mi corazón tenía una hemorragia. No me enseñaron a sufrir carajo...!
No me enseñaron como cortar cordones umbilicales y lazos que aprietan demasiado. Todo eso no me lo enseñaron y yo a veces no tengo paciencia, si, si la paciencia todo lo alcanza y yo siento el tiempo tan largo, tan indiferente y no pasa nada, la vida se me va y la paciencia se me agota más.
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