Están baratas las palabras. Nunca tuvieron tan bajo valor.
Hoy en día las usa cualquiera; las cuelgan en las calles, te las ponen bajo la puerta, te las susurra en el email un desconocido, te regalan media docena si compras yogures de fresa.
Hay palabras de chocolate, de hojalata, de plástico resistente, las venden a granel en tiendas de a dolar. Te hacen creer que son grandes y sólo son grandes paquetes vacíos, completamente vacíos con un bonito envoltorio.
Cuando vienes a darte cuenta todas tus palabras están marchitas, han rebajado su precio, Vas a pronunciar tu favorita y te tartamudea en la boca, se detiene, se cae al suelo y casualmente hay un charco. Pisas el charco y la palabra se disuelve en el barro que somos.
Hoy en día las usa cualquiera; las cuelgan en las calles, te las ponen bajo la puerta, te las susurra en el email un desconocido, te regalan media docena si compras yogures de fresa.
Hay palabras de chocolate, de hojalata, de plástico resistente, las venden a granel en tiendas de a dolar. Te hacen creer que son grandes y sólo son grandes paquetes vacíos, completamente vacíos con un bonito envoltorio.
Cuando vienes a darte cuenta todas tus palabras están marchitas, han rebajado su precio, Vas a pronunciar tu favorita y te tartamudea en la boca, se detiene, se cae al suelo y casualmente hay un charco. Pisas el charco y la palabra se disuelve en el barro que somos.
1 comentario:
sabes coral, hay palabras que perduran la vbida, esas son las tuyas...
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