Vino a tocar a la puerta esta mañana otra vez; no le abrí, pero hoy, traía su propia llave, su propia cerradura, su propio cerrajero, para arrojarse sin pena, y de una vez por todas, donde no lo podía sacar, donde nadie lo encuentre, allá, dentro de mi celular. Se vino a acurrucar entre mis mensajes en ese momento entre la vigilia y el sueño. Ya estaba otra vez con su nostalgia y fastidio.
No quiero verte, es demasiado tarde ya, déjame dormir.
has de cuenta que me estoy evaporando en colores sepia y mi imagen se resbala de tus ojos a tus sueños y cuando te vengan oleadas de mariposas al estómago pienses un poco en los besos que te quede a deber, los olvides al instante y para siempre cuando tus labios reconozcan un sabor distinto a mi fantasia y te quede un hueco en el estómago donde una vez guardaste mi luz, y donde hoy me exilio hacia tu olvido, poco más allá de aquel atardecer naranja y de aquella luna bañada en viento que fue cobija de mis sueños.
No quiero verte, es demasiado tarde ya, déjame dormir.
has de cuenta que me estoy evaporando en colores sepia y mi imagen se resbala de tus ojos a tus sueños y cuando te vengan oleadas de mariposas al estómago pienses un poco en los besos que te quede a deber, los olvides al instante y para siempre cuando tus labios reconozcan un sabor distinto a mi fantasia y te quede un hueco en el estómago donde una vez guardaste mi luz, y donde hoy me exilio hacia tu olvido, poco más allá de aquel atardecer naranja y de aquella luna bañada en viento que fue cobija de mis sueños.
Buenas noches y no vuelvas más...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario