Son las tres de la mañana y el aire frío en plena primavera sopla en mi ventana, he pasado la noche pensando, mirando el cielo, hablando conmigo, que no me percaté que el viento se llevó mis palabras, lejos...
¿Qué dirías si hoy te invitara a mis sueños? y tus labios de manzana sobre mi piel toda la noche -¿qué pensarías?-, tu saliva frutal levemente aromando el hambriento contorno de mi vientre.
Qué dulce, semillas y caricias para un mundo sin sol. Dime, ¿Si vendrías si también esta noche te convoco a mi sueños?
Con todos mis defectos y contradicciones simplemente cierro los ojos para darte en premio lo que puedo dar, cuando me mostraste tu alma la mía te entregué por saber amar.
La magía de la noche me embriaga y dice sí, son las tres de la mañana, esta madrugada me quedo contigo a velar tu sueño.
¿Qué dirías si hoy te invitara a mis sueños? y tus labios de manzana sobre mi piel toda la noche -¿qué pensarías?-, tu saliva frutal levemente aromando el hambriento contorno de mi vientre.
Qué dulce, semillas y caricias para un mundo sin sol. Dime, ¿Si vendrías si también esta noche te convoco a mi sueños?
Con todos mis defectos y contradicciones simplemente cierro los ojos para darte en premio lo que puedo dar, cuando me mostraste tu alma la mía te entregué por saber amar.
La magía de la noche me embriaga y dice sí, son las tres de la mañana, esta madrugada me quedo contigo a velar tu sueño.
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