Escribir me ayuda a darme cuenta de infinidad de cosas, a afianzar mis pensamientos y en definitiva a conocerme un poco mejor a veces con realidad a veces con fantasía.
Cuando escribo, siento la necesidad de profundizar en muchísimas cosas, de explicar absolutamente todo lo que encierra mi mente, y eso, sin duda me ayuda a ordenarla, estructurarla y conocerla mejor.
A veces pienso que escribo por pura necesidad y otras me pregunto si esa necesidad no tendrá que ver con la búsqueda de ese orden mental, ese equilibrio que de una forma u otra, todos buscamos pero que en realidad, no existe.
En ocasiones pienso en el equilibrio como un don, otras en cambio, como una maldición. "El don de la continua reflexión y la maldición de la eterna contradicción"
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