Amor
de mi amor,
sed
de mi sed,
flor
de mi secreto,
amante
de mi insensatez.
Me refugio
en las orillas de tu estado sólido,
inerte y vivo
como la jovialidad
de un niño.
Donde las concavidades
más obtusas
reflejan
el estallido
de mi ser.
Convexidades
intangibles
con rumbos
superpuestos,
amantes
inconexos
que necesitan
ser.
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