A los que buscan a pesar de no encontrar, los que caen mil veces para dos mil veces volverse a levantar, los que morirían por vos, los que sueñan, los que todavía juegan, los que vuelan, los que sonríen, los que alguna vez murieron pero resucitaron para seguir siendo felices.
A los que se lanzaron sin mirar atrás, los enamorados, los locos, los apasionados, los que alguna vez se emborracharon de amnesia mientras llegaba la calma, los que sufren si no ayudan a los demás, los que construyen castillos en el aire, los que con las agujas del alma y el hilo de la esperanza hilbanan sus descosidos vitales.
A los que sueñan despiertos, los que sonríen con la mirada, los que pintan soles en los cielos grises que perdieron sus colores, los que cada noche raptarían a la luna para liberarla al alba, o a esos que secuestrarían un sueño, dichosos los que aman y creen saber porqué pero, simplemente no lo saben solo aman, porque querer por querer no vale nada, dichosos los que dejan a la vida seguir y dejarse guiar por el latido de su corazón y no desean saber que pasará mañana, sólo vivir el presente que es lo único que tienen seguro.