martes, octubre 16, 2007

COMO ERA EN UN PRINCIPIO

Cuando llego a casa vienes a revolver los pliegues de las sabanas donde te escondo; apareces al borde de la cama, en el límite donde nunca acabas de caer, al filo del olvido sin olvidarte.

Y te instalas de nuevo maldito, en esta maldita cabeza, entonces quiero hacer lo absurdo que es ir contigo; y en ese momento no me importa las horas que sean, porque solo hay una hora, "la de ahora mismo" en la que quiero ir a destrozarme contigo el corazón y saborear el agridulce de este amor que vive en mi lado, lo asumo no me quieres. ¿porque en esa hora quiero sentir la felicidad que me produce destrozarme contigo el corazón?

Cuando llego a casa te asomas y vuelvo a mi principio y mato con el sueño un nuevo día en el que tampoco me has echado de menos, en el que tampoco has tenido ganas de mi; y aun así, quiero hacer lo absurdo; que es quererte, y descubro entonces el amor menos egoísta que sentí jamas.

El amar tan solo por el placer de amar, la esencia, el sentimiento puro en su máxima potencia; lo absurdo que es quererte sin que me importe que tu me quieras.

He pensado en mil amantes para curar mis heridas, pero cuando llego a casa, tu sigues aquí, cada vez mas difuso, cada vez con menos rostro, cada vez siendo mas sombra, cada vez en un pliegue distinto de mi sabana, sin abandonarme.

Es ahí cuando cierro mis ojos y siento tu aliento en mi espalda, como si todos los caminos fueran a Roma, como si todos los caminos me llevaran a ti.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

…¿ahora y siempre?

Los caminos llevan a donde queremos ir…a donde no queremos llegar,
nada ni nadie nos puede obligar a caminar y sin embargo pocas veces somos dueños absolutos del rumbo de nuestros pasos y eso entraña, a veces dicha y otras dolor.

Cada uno de nosotros asume la continuidad de ese “principio” por diferentes razones y no hay juez ni jurado que pueda sentenciar las razones de una posible sinrazón que asumimos como tersura de cada pliegue de nuestras sabanas…de cada herida en nuestra piel.

Un beso.

Coral dijo...

... Por los siglos de los siglos.


Bss