domingo, mayo 04, 2008

CUANDO NADIE ME VE

Cuando nadie me ve me transformo en un prodigio de belleza, mis labios se convierten en reclamos de deseo, la sonrisa ilumina mi cara como nieve en una mañana de primavera y si alguien pudiera verla quedaría para siempre prendido de su hechizo.

Cuando nadie me ve mi pelo crece hasta cubrir mi desnudez, mis ojos se vuelven transparentes y dulces y sus miradas certeras adivinan el pensamiento de los espejos en que se reflejan.

Cuando nadie me ve las palabras brotan de mi pelo y de mis manos y se mezclan juguetonas para contar al aire historias de pasiones arrebatadoras, de amor y desamor, de ternuras y desengaños, de risas y de vida, y el aire las lleva a la cama en que duermes y te acarician los párpados hasta hacerte sonreir.

Cuando nadie me ve me siento en el borde del horizonte con los pies colgando y mientras los muevo sin parar como una niña impaciente, cuento gaviotas, delfines, mariposas, estrellas y caballitos de mar que me besan y huyen dejando mis mejillas mojadas y llenas de sal, y después, paso por ellas un dedo, y sabe a miel y algodón de azúcar.

Cuando nadie me ve los relojes contienen el aliento y me regalan horas perdidas por niños aburridos.

Cuando nadie me ve abrazo al futuro, y la luna menguante y el sol de poniente juegan al escondite en mi cuello.

Cuando nadie me ve sé hablar en todos los idiomas, conocidos y desconocidos, fáciles y difíciles, cercanos y remotos, y entiendo a cada ser vivo de la creación y sé hacerme entender por todos ellos, y aprendo de la filosofía del buho, y del canto de la cigarra, y de los silencios de las flores, y les cuento cuentos de princesas y dragones que escuchan boquiabiertos.

Cuando nadie me ve, quiero creer que soy feliz y lo consigo, y risas de niño son la nana que acompaña mi sueño, y me perfumo con gotas de rocío, y los planetas me arropan mientras las estrellas velan mi sueño.

Cuando nadie me ve soy lo más parecido a mi idea de la perfección y aunque al salir capas y capas de realidad me transforman en lo que ves, éso no es lo que soy, lo que soy sólo lo saben los espejos, y ellos saben que su imagen no vale más que mil palabras, sino que vale las palabras que no dicen. Por eso, fieles a su esencia y conscientes de su valor, callan lo que soy cuando nadie me ve.

2 comentarios:

Cale dijo...

Sencillamente hermoso

Anónimo dijo...

que lindo,como todo lo que escrives.