martes, diciembre 05, 2006

UNA MIRADA A MIS COSAS

Mis cosas tienen ojos. Deduje eso ayer, cuando al encontrar mi disco de Depeche, me dí cuenta que había perdido un sobre con fotos de años atrás. Perdí mi disco de Depeche cuando encontré un pendiente que se me había perdido. Y perdí el pendiente cuando encontré un libro que andaba buscando varios días por entre los montones de cosas de mi escritorio.

Mis cosas tienen ojos y con esos ojos que tienen, y que yo no he podido descubrir ni con lupa (porque la he perdido), se miran y se hacen señas para ir "perdiéndose" por turnos. Les encanta verme ir confusa por toda la casa buscando, andar a cuatro patas, removerlo todo y, sobre todo, les encanta ver mi cara de alegría cuando descubro algo que ya hacía siglos que daba por desaparecido.

Como me quieren un poco, "un poco", no se pierden todas a la vez: sería terrible perder mis pendientes, mi celuloco, las llaves del auto (a las que el otro día estaba tan desesperada que estuve a punto de llamarlas por teléfono como cuando pierdo el celuloco), aquel dvd que no es mío, aquel cd que me apetece tanto escuchar. Sería terrible perder todo eso a la vez. Así que como me quieren "un poco", mis cosas se hacen señas con sus ojos y van pidiendo turno:
- "Ahora me toca perderme a mí" - exclama mi libreta de notas, por ejemplo.

En realidad creo que mis cosas quieren que me ría de mí misma, pero no hay manera de explicarles que ese no es el modo. No sé cómo explicarles "eso" de lo del "modo inadecuado" a las cosas que tienen ojos pero no sé si tienen oídos.

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