sábado, diciembre 30, 2006

ADICCIÓN

Acabo de prohibirme dos palabras en mi vocabulario. Voy a tener que hacer un gran esfuerzo pero tengo que dejar de usarlas. Crean vicio. Y ese vicio, adicción que viene conmigo a todas partes y se pone dentro de todas mis botas. Menos de las negras. En esas no quiere entrar. Mi adicción no tiene nombre propio. Ni apellidos. No es extranjera, ni de mi casa. Es verde. Por decir un color.

Suele aparecer cada día, a todas horas. Y lo hace sola. Una vez la acompañaste y luego no querías soltar su mano. Yo me enfadé porque la quería sólo para mí. No sé compartirla.

Son dos palabras vacías, sin significado, no aportan nada a ninguna conversación. Bueno una cosa sí, que eres idiota. Y no quiero crear una imagen distorsionada. Una cosa es que sea idiota y sólo lo sepa yo y otra es que lo sepan todos.

Quería empezar contando cuantas veces al día las uso, en cuantos escritos y en cuantas inspiraciones, pero no voy a hacerlo. Me sentiría más idiota aún. Esta noche, mientras ande por la calle, las pondré en una bolsa de plástico, en una de aquellas negras y cierrafácil, y haré un nudo enorme para que no puedan salir. Me pararé en un semáforo y les daré una patada para ver cómo llegan las palabras a esa línea que separa lo que se puede decir en voz alta y lo que no se puede decir jamás.

Y cuando vea que han llegado, me daré la vuelta, me haré una coleta de caballo para que no se vuelvan a agarrar a mi pelo y volveré a casa. Y cuando me preguntes qué quiero hacer te diré lo que quiero hacer y cuando me preguntes qué pienso te diré lo que pienso. Así que prepárate para no volver a ver mi cara de idiota.

2 comentarios:

Clarice Baricco dijo...

Gracias al 2006 por haber disfrutado de tus letras.
Te deseo muchas bendiciones en tu vida, sean cuales sean las circunstancias.
Recibe abrazos...

Coral dijo...

Clarice querida,


Gracias a ti por leer mis tonterías, gracias por darles otro sabor...

Recibe mil abrazos enormes.