martes, agosto 07, 2007

HABLAME

Siento que mis entrañas se rompen y se despedazan cada segundo que paso sin que me contestes. Dicen que te hable, que aunque estés dormido me oyes. Otros me dicen que no escucharas nunca, que tu cabeza se quedó en el limbo y el limbo se declaro inexistente.

Necesito sueño en vena, una solución narcotizante, litros de suero de inconsciencia mezclados con mi sangre insomne. O mejor aún, una transfusión de plasma somnoliento, un batallón de leucocitos que asedien la ciudadela de mi raciocinio hasta lograr adormecerme.

Dormirme yo para despertar y ver que nada pasó. Pero eso no sucederá. Eso no sucede nunca. Vuelvo a flotar sobre un lecho de problemas con cuerpo de bruma, y sólo recostarme en una nube que descargue en forma de agua mis desasosiegos, descansar entre los brazos de todos mis dilemas hechos humo.

Si hace falta, pondré fin a esta anorexia de vigilia engullendo toneladas de ese fruto hipnótico que brota de la tierra en calma. Ahora estoy abajo, tocando suelo en los subterráneos de mi alma, y ahora estoy arriba, flotando de ilusión y de inconsciencia. Arriba y abajo. Blanco y negro. Dormida, despierta. Dormida, despierta. Sólo espero que me tomes de la mano, me la aprietes.

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