jueves, noviembre 16, 2006

UN DEMONIO

Un demonio geográfico ríe de cada poema que escribo
y llora cuando me escucha decir te quiero.

¿Para que seguir hundido en la tristeza?
si se cumple la amenaza que importa.

¿De qué sirve mandar un beso por el aire?
si el camino lo desgasta

¿Para qué entregar mis brazos al eterno?
si él solo se basta

¿Para qué enviar besos al aire?
si puedo dar los que me plascan.

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